El atrio de la plaza del mercado se convertirá esta edición en un lugar de homenaje a dos de los cesteros más destacados de Bizkaia: José Ramón Salmantón y Juan Unzueta. Ambos han fallecido recientemente y a ambos se les quiere recordar a través de aquellos objetos a los que dieron vida con sus manos.
José Ramón Salmantón.
Sodupe 1959.
Desde su más tierna infancia
estuvo Salmantón vinculado a la cestería, pues ésta era la
actividad familiar. Así pues su fecha de iniciación en este oficio
no es precisa. A lo largo de su recorrido vital confeccionó una gran
variedad de objetos tales como cestos, arcas, papeleras o relojes.
Si bien habitualmente
fabricaba piezas de un carácter marcadamente tradicional, con el
transcurso del tiempo se fue adaptado a las nuevas exigencias del
mercado.
Así las cosas, en ese afán
personal de superación le llevó a convertir en verdaderas obras
maestras papeleras, paragüeros, paneras, costureros, cestos,
biombos o sillas de caserío,
Por todo su recorrido y
trayectoria vital fue Premio Toda una Vida Artetsu Bizitza osoa 2015.
Juan Unzueta. Garai. Garai
1924.
El caso de Juan Unzueta,
Juanito para su círculo más cercano, es también parecido. Su padre
aprendió el oficio que luego transmitió a sus ocho hijos. El
taller se instaló en Durango, donde toda la familia, incluida la
madre encargaban de hacer hasta 100 cestos diarios que se enviaban a
las minas de carbón de la Margen Izquierda. La familia Unzueta solía
trabajar en cadena: sacando madera, cepillando, calibrando, haciendo
cestos de minas... La Guerra Civil trastocó la actividad del clan
Unzueta, pero siguieron adelante.
Además Juan, un hombre
inquieto donde los hubiera, pensó que debía evolucionar y por
ello, poco a poco, fue arrinconado el cesto tosco destinado a las
minas, para elaborar otro tipo de piezas más trabajadas y mejor
terminadas. Ese ha sido su santo y seña: el trabajo bien hecho, con
mimo y amor.
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